sábado, 8 de octubre de 2011

Blas, el marido de ‘la Gabriela’

Blas, el marido de 'la Gabriela'
Recuerdo que por el año setenta íbamos a la ‘la Gabriela’. Entonces era Gabriela, la mujer de Blas la que atendía en una mesa destartalada, un pequeño cuarto, un grifo y debajo de una higuera, que aún continúa. Ella sóla era quien llevaba el incipiente negocio. Pero un buen día cambió la vida del matrimonio. A media mañana, en un descanso de instrucción paracaidista, varios Instructores nos acercamos a pedirnos el bocata de costumbre, y nos encontramos a un hombre rudo, fuerte como un toro, sentado cabizbajo en una vieja silla de madera temblando y llorando. Le pregunté a Gabriela quién era ese hombre y qué le pasaba. Y la pobre Gabriela empezó también a llorar: “Es mi marido, se ha caído de un andamio”. Al parecer el compañero de Blas se mató; y éste, del susto se había quedado mudo. No podía hablar, ni siquiera quería levantar la cabeza. De vez en cuando farfullaba algunas palabras incoherentes. Entonces, yo ya había empezado medicina y le hice una exploración de urgencia. En aquella época, Blas y gente como él, no tenían seguridad social ni compañía que les asista. Afortunadamente no tenía nada más que el susto y contusiones varias.
De pronto apareció ‘la Gabriela’, la Gabriela pantera, la bravía; la que nunca la habíamos visto así porque ella toda era bondad y dulzura. Y dijo: “¡Tu ya no te vas a trabajar, te quedas aquí conmigo!”. Y así fue como Blas se incorporó al negocio.
(c) Capel Riera

1 comentario:

  1. Blas fue mas noble, que muchos de los que se decian compañeros.
    tres hurras por Blas!!!

    ResponderEliminar

Deja aquí tu anécdota o comentario. Gracias.